viernes, 20 de abril de 2018



Control genético del número de ramas para

aumentar la producción agrícola



NOTICIA:

CIENCIAS NATURALES:
Ciencias Agrarias

Hace 8.700 años, los agricultores americanos “modificaron” el maíz a partir de su ancestro, el teosinte, seleccionando variedades de este que presentaban pocas ramas. Esto hacía que todos los nutrientes se concentraran en el tallo principal y aumentaran su vigor. Al hacer esto, se seleccionaban variedades en las que “Teosinte Branched1”, un gen que modifica la ramificación de la planta, era más activo.

Pilar Cubas, en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, decidió investigar si plantas de interés agrícola, como el tomate y la patata, poseían genes similares. Se ha podido descubrir que ninguna de sus familias, de las solanáceas, se encuentran dos genes de origen similar al del maíz, aunque evolucionados a distinta velocidad.

En la tomatera, el gen “Brunched1b” ha evolucionado muy poco a lo largo del tiempo y su función es muy parecida a la del gen del maíz ya que: controla el crecimiento de las plantas de forma que aquellas que contienen este gen tendrán muchas ramificaciones.

Por otra parte, el gen “Brunched1a”  ha evolucionado mucho más deprisa y podría estar generando una proteína que posea una nueva función.

Los patrones de ramificación no solo tienen interés estético (aspecto arbustivo o alargado) sino también económico. Como explica Cubas, “a diferencia de lo que ocurre en el maíz, en otras especies sí que interesa que las plantas tengan más ramas ya que entonces producirán más hojas, flores y frutos”. Ha quedado bastante clara la utilización de estas dos patentes que el CSIC tiene para fines económicos. Este descubrimiento permitirá una mejora de la producción de tomates y de patatas.

OPINIÓN: Lo que más me ha llamado la atención sobre esta noticia es la capacidad que posee un gen de evolucionar más o menos rápidamente según la especie. Este tipo de evolución ha permitido a, en este caso, una tomatera conservar un gen que produce ramificaciones, con las cuales se puede llegar a obtener enormes beneficios económicos y, por otro lado, el otro gen ha desarrollado una nueva proteína que tal vez posea una nueva función nunca vista. Eso podría llegar a revolucionar el mundo de las Ciencias Agrarias en un futuro no muy lejano.

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